top of page

TERCER INTENTO

5.png

Una pérdida más

Regresé a ver la taza del baño y estaba llena de sangre; mis piernas, también. Me dolió el alma. Sentía que en cada gota se me iba la vida. Estaba desgarrada por dentro. Mi mundo se achicaba. No quería nada solo llorar y llorar…

No quiero volver a intentar

Pasaron algunos días desde aquella pérdida. El dolor estaba presente, pero el deseo de volver a intentar se esfumaba.

No quiero volver a sentir el mismo dolor.

No quiero sufrir.

No quiero llorar.

No quiero pasar por lo mismo.

No quiero nada.

 

FIV

La tercera vez que me sometí a un procedimiento de Fecundación In Vitro (FIV), estaba llena de esperanza y optimismo. Con una actitud positiva, me repetía a mí misma: "La tercera es la vencida, todo va a salir bien".

Para aumentar las posibilidades de éxito, puse todo mi empeño en el proceso. La transferencia del embrión fue exitosa, y los exámenes de sangre y orina confirmaron mi embarazo.

esc3maternidad4.png

Chequeo médico

Como a las cuatro semanas de la fecundación me tocaba el chequeo médico. Mientras realizaba el respectivo eco no se veía nada. Absolutamente nada. La cara del doctor se desfiguró al igual que la de mi pareja y la mía. -Se había formado “una carnecita” que debía expulsarla con la toma de pastillas-.

Expulsar  

Compramos las píldoras. Mi pareja regresó a la Amazonía a trabajar. No quería tomarlas mientras estemos juntos. Solo nos veíamos el fin de semana, preferí estar tranquila los últimos minutos con él.

Además, no deseaba que sea más doloroso de lo estaba siendo en ese momento.  Él también sufre. Él también se angustia. El también llora, pero en su espacio. Ante mí se muestra sereno y tranquilo. 

A la noche hizo efecto

A primera hora de la mañana las tomé y me puse a limpiar el departamento para mantener mi mente ocupada. Por la noche, sentí un profundo dolor en mi vientre. Un cólico muy intenso como si recibiera puñetes con guantes de box.

Estaba con mi mamá y sobrina Ale, que habían llegado de Loja para acompañarme. Se dieron cuenta de lo sucedido. Al salir del baño me dieron un abrazo perenne y luego preferí ir a la sala. Ellas se quedaron en el dormitorio.

Sola ahí, acurrucada como un bebé lloraba y lloraba. Buscaba consuelo en Dios y no lo encontraba o de pronto, no lo quería encontrar.

esc3maternidad4.png
bottom of page